Parte de nuestro trabajo acompañando al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad consiste en desarrollar información y talleres que sirvan para poner en el contexto de políticas públicas, los problemas a los que se enfrentan los intereses de este movimiento y que han generado la situación de emergencia nacional que actualmente atraviesa México. A continuación compartimos uno de los documentos que generamos en conjunto con Daniel Robelo de la Drug Policy Alliance para este fin, y que fue resultado de un taller para la Plataforma de Víctimas del MPJD, que también planeamos e impartimos en conjunto.
¿Por qué regular las drogas?
Después de 40 años de guerra los objetivos planteados en un
principio no sólo no se han alcanzado sino que ha sucedido lo opuesto: ha
habido un aumento en el uso de drogas, incremento de la violencia, más muertes
por sobredosis y fortalecimiento del poder de los grupos de crimen organizado.
Bajo
las políticas actuales, el comercio de
drogas ilícitas queda en manos del mercado ilícito, el cual tiene como fin
único la obtención de mayores ingresos. En estas condiciones no es posible
regular las cantidades ni la calidad de las drogas, los puntos de venta, ni las
personas a las que les es permitido comprar. Al mercado ilícito no le importa
vender grandes cantidades de droga, de mala calidad, afuera de las escuelas y a
menores de edad.
·
La regulación de las drogas permitiría el
establecimiento de puntos de venta certificados por el Estado que tendrían que
cumplir con las siguientes características:
1.
Control de calidad y potencia de las drogas,
evitando el uso de sustancias que las vuelven más adictivas y tóxicas;
2.
Zonas permitidas de venta (lejos de escuelas,
hospitales, etc.);
3.
Separación de los mercados de las drogas
blandas, como marihuana, de las drogas duras. Esto se puede lograr mediante la
separación de los puntos de venta por sustancia, de acuerdo a los daños en la
salud que pueda generar cada droga;
4.
Comprobar mayoría de edad para la venta;
5.
Cantidades máximas de venta por persona.
·
El uso de drogas ha probado mantenerse tanto en
países que lo prohíben como aquellos que han intentado distintas formas de
regulación. Es importante proteger a nuestros hijos, hermanos, primos, etc. Si
deciden drogarse que lo hagan dañándose lo menos posible. El uso de algunas
drogas tiene consecuencias irreparables para la salud. En el actual contexto
prohibicionista estas consecuencias son agravadas por la falta de información y
de programas eficaces de prevención, educación y tratamiento. Dentro de la
regulación es posible instaurar programas de Reducción de daños que incluyan prevención e información, intercambio
de jeringas estériles, programas de inclusión social para los consumidores de
drogas, entre otros.
·
En el contexto prohibicionista el usuario de
drogas está cometiendo un acto ilegal y por tanto es automáticamente
considerado un criminal, incluso cuando no ha cometido ningún acto de violencia
ni daños a terceros.
o
Uno de los peligros del consumo de algunas
sustancias ilícitas es la sobredosis, debemos crear condiciones para que los
usuarios de drogas puedan llamar a los servicios de urgencias sin temor a ser
arrestados.
o
Esta condición de ilegalidad también tiene como
consecuencia la marginación social de los usuarios de drogas en dos formas:
§
La
primera es la marginación social, principalmente laboral y educativa. A los
usuarios de drogas con cualquier tipo de antecedente penal relacionado con
drogas, así sea posesión simple, se les excluye de la posibilidad de acceder a
educación media-superior y superior de forma que se les limitan las
posibilidades de desarrollo profesional en lugar de fomentar la superación de
las adicciones. Esta situación se repite en el ámbito laboral, truncando las
posibilidades de desarrollo personal del usuario de drogas. Con la exclusión
laboral y educativa causada por la prohibición y por las faltas de
oportunidades, el crimen organizado se convierte en una alternativa de
desarrollo individual altamente atractiva.
§
La segunda es la encarcelación masiva de
personas que no han cometido ningún crimen violento ni han generado daños a
otros individuos o a sus comunidades basada simplemente en la posesión de
drogas. Estados Unidos es el país con mayor número de encarcelados por cargos
relacionados con drogas. En este momento, más de 500 mil personas se encuentran
tras las rejas por este tipo de cargos. El encarcelamiento y los antecedentes
penales conllevan la pérdida de derechos civiles como el voto y beneficios
públicos como el acceso a la vivienda pública.
El
Estado tiene la responsabilidad de promover el desarrollo y bienestar
individual y comunitario, en lugar de crear condiciones de marginación de sus
ciudadanos.
·
Una de las consecuencias más graves del
prohibicionismo son los altos índices de violencia que giran en torno al
mantenimiento de un negocio ilegal, puesto que la única forma de regular el
mercado y determinar la territorialidad es la violencia. La regulación de las
sustancias actualmente consideradas ilícitas reduciría la necesidad de la
violencia y pondría en manos del Estado la supervisión de la compra y venta.
·
Bajo el paradigma prohibicionista la compra,
venta, producción y distribución de drogas, genera ingresos millonarios para
los grupos del crimen organizado. Bajo un marco de regulación este dinero
dejaría de fortalecer a las organizaciones criminales y, en forma de impuestos,
podría fortalecer los programas de salud, educación y de seguridad humana.
·
La persecución policiaca del uso de drogas
impulsada por la actual política de drogas se encuentra con algunos problemas
sociales preexistentes y los agrava. La criminalización a los usuarios de
drogas se ha usado como argumento para justificar la criminalización de la
pobreza y de la juventud, además de que se ha convertido en una herramienta de
la discriminación racial.
§
La población afroamericana es 12 veces más
propensa a estar en prisión por cargos relacionados con drogas. Sin embargo las
encuestas muestran que la población blanca y la negra tienen un porcentaje
similar de uso de drogas (49% de blancos contra 42.9% de negros mayores de 12
años han usado drogas ilícitas)
§
La población afroamericana representa el 12% de
la población de Texas, sin embargo, representa 1/3 de la población carcelaria
en el estado.
NOTA: Es
importante diferenciar entre usuario de drogas y adicto y que los discursos de
la caravana no repitan las formas de discriminación y estigmatización a las
personas que caen en ambas categorías. No todos aquellos que usan drogas sufren
de drogadicción. Los usuarios de drogas no son los responsables de la violencia
en México, sino las políticas prohibicionistas.
Mandamos un fuerte saludo a Daniel, al MPJD y al resto de la Alianza por una Política de Drogas (DPA)
POR UN CONSUMO LIBRE, INFORMADO Y RESPONSABLE
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