Miguel, Amaya
y yo estamos a bordo del camión 2 de la Caravana por la Paz que organiza el
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Estamos recorriendo Estados
Unidos, de costa oeste a costa este, del Río Bravo del Sur hasta los grandes
lagos del Norte, del veraniego agosto al otoñal septiembre, desde San Diego,
California hasta Washington D.C.,
con el fin de sensibilizar personas, generar diálogo entre víctimas de
ambos lados de la frontera (y de todas las fronteras), incidir en la opinión
pública y en los medios masivos de comunicación con el mensaje de dolor que
cargamos todos pero que las víctimas repiten incansablemente, con sus
testimonios, con las fotos de los hermanos, hijos, padres, madres, muertos o
desaparecidos tanto recientemente como desde hace décadas así como la voz de
los pueblos y comunidades indígenas que también son victimas de la violencia y
del sufrimiento que provoca su exclusión y aprovechamiento desde hace siglos,
pero principalmente para transformar radicalmente el modo de vida que tenemos,
en el nivel más básico y cotidiano, es decir, que podamos acompañar en el dolor
a quienes ya lo padecen y trabajar porque nunca se tenga que vivir una
situación así para nadie en ningún lugar.
Con las voces
de las víctimas y familiares de víctimas como columna vertebral de la Caravana,
se estableció que los 5 ejes temáticos en los que se busca incidir son[1]:
- Tráfico de armas
- Tráfico de armas
-lavado de
dinero
-política de
drogas
-migración
-seguridad
binacional
El análisis
exhaustivo en cada uno de estos temas es indispensable, pero enfocándonos en
nuestro tema caben señalar un par de puntos.
Como se puede
notar, el tema de política de drogas es motivo de grandes disensos. Que la
postura oficial en este aspecto sea “abrir el debate” y no la propuesta de una
solución a los grandes conflictos que giran en torno a este tema podría parecer
que es conflictivo, pero se puede leer de otra manera de modo en que si existe
un consenso: no hay UNA sola solución que resuelva el problema de la droga.
Desde una
perspectiva un tanto optimista, se puede considerar que tenemos dos ganancias:
- por un
lado, el tema que trabajamos está sobre la mesa, está a debate y se impulsa el
dialogo en torno a la política de drogas, y como ha quedado claro en estos 10
días de Caravana, para el mismo movimiento este tema es nodal para solucionar
los problemas actuales;
- por el otro,
que no exista de ninguna manera un consenso sobre la solución a los problemas
en torno a la política de drogas es nuestra principal ganancia. No tenemos una sola bandera, una sola
postura fija que excluya a los que no piensan como nosotros, como en otros
casos si existe –p.e. la pena de muerte, la tortura, la desaparición forzada,
etc- si no que lo que si es un consenso es que hay que construir alternativas,
así, en plural, porque cada contexto es distinto, porque cada comunidad tiene
que pensar de que modo se quiere relacionar con las sustancias a las que llama
drogas y como resolver los problemas que estas puedan generar. Es decir, no hay
una solución única y mágica que haga desaparecer estas sustancias –como plantea
el prohibicionismo- si no que los problemas que se tienen son planteados por
intentar aplicar una receta lineal a un problema complejo.
Para cerrar
esta publicación solo quisiera invitar a que si alguien nos quiere acompañar en
los siguientes 15 días de Caravana que nos quedan antes de llegar a Washington
D.C. por favor sólo háganoslo saber, hay muchas cosas de las que quisiéramos
platicar, discutir o con las que podemos colaborar (aspectos de difusión o si
nos podemos encontrar en alguna de las ciudades en las que pararemos sería
maravilloso).
Saludos desde Houston, Texas
Saludos desde Houston, Texas
Andrés
[1] Para conocer
la postura que tiene la Caravana por la Paz sobre cada uno de estos ejes
temáticos, visitar la página www.caravanforpeace.org/caravan/?page_id=144&lang=es
POR UN USO LIBRE, INFORMADO Y RESPONSABLE